Práctica de Piscis

Piscis (del 18 de Febrero al 20 de Marzo)

Práctica:

Nuestro cuerpo es todo un arpa musical donde deben resonar incesantemente las siete vocales de la naturaleza. Así pues, durante Piscis es necesario vocalizar el sonido de las siete vocales así:

iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

eeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

ooooooooooooooooooooo

uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu

aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

mmmmmmmmmmmmmm

sssssssssssssssssssssssss

Se debe llevar el sonido de cada una de estas siete vocales de la cabeza hasta los pies. Dice el Maestro "Huiracocha" que una hora de vocalización diaria vale más que leer un  millón de libros de teosofía oriental.

Querido Discípulo:

Hoy hemos llegado a Piscis, el último signo del Zodiaco, gobernado por Neptuno y Júpiter.

Yo eh confeccionado este curso con un solo objetivo, que ganéis la lucha sin límites del Nirvana.

El Nirvana es el valle del silencio profundo y del "no-ser", pero en realidad allí es nuestro "real-Ser", porque allí vivimos en una forma tan distinta a nuestro actual estado de comprensión que trasciende a nuestros ordinarios sentidos, y por ello le decimos "no-ser", pero en realidad allí es nuestro "real-ser".

El Nirvana está más allá del amor y aquello que está más allá del amor es la "felicidad absoluta".

El Nirvana está más allá del deseo, más allá de la mente, más allá de la Voluntad, más allá de la inteligencia y mucho más allá de la conciencia.

El Nirvana "es" la Patria del Ser.

¿Cómo podemos definirlo? Allí el alma totalmente fusionada con el Intimo se siente omnipotente y poderosa dentro de una felicidad que no se conoce límites.

Allí la gota se ha unido dentro del Océano, y el Océano dentro de la gota. Allí las melodías  más inefables nos arroban en un estado de beatitud que trasciende a toda comprensión.

Los grandes ritmos del fuego invaden los inefables recintos del Nirvana, y las almas de rostro majestuoso, con sus túnicas  de Dharmasayas y sus mantos de distinción, acompañan con sus cantos las melodías deliciosas del "Mahavan" y del "Chotaban", que sostienen al cosmos durante el mahanvantara.

El iniciador tiene que comunicar al discípulo la verdad final, antes de entrar al Nirvana.

El iniciador tiene que enseñarle al discípulo el gran misterio del Nirvana, antes de entrarse al discípulo en el Nirvana mismo.

El Nirvana es olvido del mundo y del hombre para siempre. Allí moran también los Dioses de otros mahanvantaras en un estado de indescriptible felicidad. Allí toda lágrima ha desaparecido y sólo reina la felicidad del "Ser".

Los Nirvanis no poseen ninguno de los cuatro cuerpos de pecado, llamados físico, éterico, astral y mental. El maestrosólo extrae de esos vehículos sus extractos anímicos, que se absorben y asimilan antes de entrar al Nirvana.

Los nirvanis trabajan bajo la dirección de sus padres estelares.

El intimo de todos los hombres es hijo de un genio sideral, y hay tantos padre en el cielo cuantos hombres en la tierra.

Todo ser humano nace en cada reencarnación humana bajo un astro distinto, a fin de irse "redondeando" el Ego poco  a poco, pero hay un astro que rige nuestro interior y ese astro nunca cambia, ese es el astro padre. Ese es nuestro Parde que esta en los cielos. Dice Isbener Aldane: "Levanto los ojos hacia las estrellas, de las cuales me ha de llegar el auxilio, pero yo siempre sigo la estrella que guia mi interior".

Cuando después de la noche profunda del "pralaya" comienza a palpitar el corazón del sistema solar, al iniciarse la aurora del mahavantara, el primer logos inmanifestado del gran aliento fecundó el Akasa, surgieron nuestros siete Logos planetarios modelado el akasa o  materia  primordial por medio del fuego de la vida, para  construir este sistema solar en el cual estamos evolucionando.

 Estos sublimes arquitectos de la vida que nosotros éramos tan sólo "rayos" inconscientes del supremo Parabrahatman, el eterno padre siempre obcuro, a quien llamamos "El absoluto", y fueron esos excelsos prajapatis o ángeles divino quienes dotaron a los inconsientes  rayos del absoluto de eso que hoy llamamos "monáda", o mejor todavía, "Intimo".

Y todo hombre tiene su "Intimo", y todo "Intimo" tiene a su padre que lo engendró; ese es nuestro padre que está en los cielos.

"Om mani padme jum" este mantram se pronuncia esotéricamente así:

"Om masi padme yom" (alargando el sonido de cada letra y en forma silabeando).

El significado de este mantram es: "¡Oh mi dios, en mi".

Debe vocalizarse este mantram con el corazón en meditación profunda, adorando al "Intimo", amando al "Intimo", rindiéndoles culto al "Intimo", porque el Intimo es en esencia el alma de nuestro padre encarnada en nosotros, nuestra divina individualidad en la cual necesitamos absorbernos para entrar es esa infinita e indescriptible felicidad del Nirvana, donde ya no ay penas ni lágrimas, ni dolor.

Nuestro Señor, el Cristo, nos enseño a orar así: "Padre Nuestro que estáis en los cielos, Santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo. Pan nuestro de cada día dádnoslo hoy, perdónanos nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores y no nos dejes caer en la tentación, más líbranos Señor de todo mal, Amén".

Esta oración se hace en meditación profunda adorando a esa estrella inefable de la cual salió nuestro "Intimo", y así aprendemos a hablar con nuestro Padre que esta en secreto.

Muchos dirán: Bueno, pero ¿Cómo y de que manera nos engendró a nuestro divino Padre que esta en los cielos?

Esto necesita de un explicación, veamos:

Nuestro Padre es ante todo una llama de fuego ardiente, y toda llama es susceptible de expansión ígnea y de desarrollo, desenvolvimiento, evolución e independencia de cada una de sus chispas. haced el experimento con una llama cualquiera y veréis esa llama puede expandirse por todas partes y cada una de sus chispas puede convertirse en llama independiente.

Llevad este ejemplo ahora hasta la aurora del mahavantara y entonces comprenderéis cómo vuestros padres celestiales os engendraron a vosotros.

Ahora, si pensáis que cada chispa está asociada a un rayo de luz propia, comprenderéis entonces la relación de las chispas con la luz y de nuestra chispa divina con el rayo de la luz absoluta al cual pertenecemos, ese rayo de luz absoluta al cual pertenecemos, ese rayo de luz absoluta es nuestro "glorian".

"Nuestro glorian" es un hálito para si mismo profundamente ignoto.

Nuestro "glorian" es un hálito del Absoluto.

Antes de tener una mónada divina, no tenían conciencia de sí mismo, su conciencia era la conciencia del Absoluto, pero non podía decir: "yo soy yo". Pero ahora está el "glorian" de cada uno de nosotros dotado de un "yo divino", y por eso nuestro "glorian" ya puede decir: "yo soy yo", "yo soy el Absoluto" y estoy "aquí . ahora"; y así embriagado de felicidad se sumergírá dentro de ese océano de la suprema felicidad absoluta al llegar la noche cósmica, para resurgir de su reposo profundo, como un Dios inefable al iniciarse la aurora de un nuevo mahavantara, y entonces cada uno de nosotros, llamas inefables nos expandiremos como se expande el fuego, y cada una de nuestras ígneas chispas se convertirá en piedra y en planta, y animal, y en hombre, y en angel. y cada una de nuestras chispas convertida en llama nos amará y adorará, jamás, amén, diciendo...."Aleluya, aleluya, aleluya!", y el incienso de sus oraciones llegará hasta nosotros como un perfume inefable lleno de amor.

En ese entonces haremos por nuestros "hijos del fuego" lo mismo que nuestros padres han hecho por nosotros.

Es conveniente que el discípulo aprenda a visitar a su padre en cuerpo astral, para recibir instrucciones  directas de su padre que esta en los cielos.

Los rayos estelares, al caer sobre nuestra tierra, produce colores, sonidos, elementales metálicos que se condensan en metales, elementales metálicos que evolucionando  se convierten en elementales vegetales, elementales vegetales que se trasforman en elementales animales y elementales animales que, al fin, los despiertan sus divinas chispas para encarnarlos por vex primera en hombre y hombres que se vuelven ángeles para regresar nuevamente a su padre que los engendró.

todo este descenso y ascenso de las chispas virginales a través  de este peregrinaje de la materia, está simbolizado por la escala del sueño de Jacob.

¿Qué es el hierro? Es el alma de "Samael-Marte" evolucionando allí .

¿Qué es el cobre? Es el alma de "Uriel-Venus" evolucionando allí  

¿Qué es el plomo? Es el alma de "Orifiel-Saturno" evolucionando allí.

¿Qué es el oro? Es el alma de "Michael-El Sol" evolucionando allí.


¿Qué es  la plata? El alma de “Gabriel-La Luna” evolucionando allí.

¿Qué es el estaño? El alma de “Zachariel-Júpiter” evolucionando allí.

Y todo este flujo y reflujo de la vida resuena en la naturaleza entera con el gong chino.

Al llegar la noche cósmica todas las chispas convertidas en llamas regresan a sus padres, y sus padres regresan al Logos inmanifestado, para sumergirse en la dicha sin límites del Absoluto, donde no hay lágrimas ni dolor, donde todos somos “uno”, donde todos somos “Lo Dios”, lo “innominado”, “aquello”, “aquello”, “aquello”.

Este flujo y reflujo de la vida está sólidamente confirmado en los “Vedas”, que son las escrituras sagradas más antiguas, pues la filosofía alvadta data de muchos miles de años antes de Jesucristo; esta es la vieja ley del péndulo.

Ha habido en la vida “momentos estelares” de la humanidad, en que el padre sideral de un gran genio ha podido hablar y expresarse por medio de él para iniciar nuevos ciclos de cultura espiritual.

Yo, Samael Aun Weor, soy tan sólo el hijo y el instrumento de “Samael-Marte”, y lo que yo enseño a vosotros es la Sabiduría de mi Padre.

Cada uno de nosotros tiene su herencia espiritual y astral, de su Padre que está en los cielos.

Todas las facultades mentales, emotivas, psíquicas y espirituales son influidas por las ocultas propiedades de la escala de causas dimanentes de las jerarquías de los genios planetarios, y no por los planetas físicos. Una vez más decimos, por esta causa, que a los astrólogos auténticos no nos interesa la Astrología de aritmética.

El sistema solar se desenvuelve dentro de la matriz del Zodíaco, y los veinticuatro ancianos y sus doce jerarquías zodiacales trabajan desde este sistema solar por medio de sus rayos planetarios.


Estos veinticuatro ancianos tienen sus nombres sagrados; cada una de las 12 constelaciones zodiacales está gobernada por dos ancianos, así:

Aries: Sataaran y Sarahiel.
Tauro: Bagdad y Araziel.
Géminis: Sagras y Saraiel.
Cáncer: Ramdhar y Phakiel.
Leo: Sagham y Seratiel.
Virgo: ladara y Sehaltiel.
Libra: Grasgarben y Hadakiel,
Escorpión: Richol y Saissaiel.
Sagitario: Vhcri y Saritaiel
Capricornio: Sagdalón y Semakiel.
Acuario: Archer y Sakmakrel.
Piscis: Rasamosa y Uacabiel.

Estos son los 24 ancianos que rigen las doce constelaciones zodiacales, y durante vuestras prácticas zodiacales deberéis visitar los templos siderales de los genios con los cuales estéis practicando; así en Aries visitaréis a los genios de Aries, en Tauro, a los de Tauro, etc., rogando a estos genios que os vengan a tratar vuestros órganos correspondientes al signo zodiacal con el cual estéis trabajando.

Estos veinticuatro ancianos se reúnen a veces en el templo-corazón de la tierra, alrededor del Cordero.

Nuestras doce facultades, o sea, nuestros doce sentidos, son las doce facultades del zodíaco dentro de nosotros. Debemos hacer resplandecer nuestro zodíaco por medio de estas prácticas, para convertirnos en Dioses inefables.

Piscis influye sobre los pies, y los pies son los cedazos por donde entran las fuerzas que suben del genio de la tierra.

En las líneas de los pies están escritas nuestras pasadas reencarnaciones, y la ceremonia del lavatorio de los pies hecha por el Divino Redentor del mundo significa que él “el Divino Cordero’ ha venido a lavarnos con su sangre de todas nuestras culpas pasadas.

Cristo es el cordero de Dios que borra los pecados. del mundo.

La clave para entrar en el Nirvana reside en la santidad absoluta y en la castidad absoluta.

Es necesario que el estudiante aprenda a conocer las señales del cielo. La esposa de Julio César, emperador de Roma, vio en sueños caer una estrella y trató de salvar a Julio César, pero como éste no la escuchó, murió asesinado cuando entraba al capitolio de Roma.

Cuando Hitler se lanzó a la guerra, yo vi clarividentemente en pleno medio día dos estrellas amarillas separándose la una de la otra.

En la Atlántida existieron siete oráculos importantes en el mundo físico, donde los hombres estudiaban la sabiduría de las estrellas y consultaban a los Dioses siderales. Los guardianes de esos misterios eran grandes iniciados. En el oráculo de Marte se enseñaba el ocultismo marciano en el oráculo de Júpiter la religión jupiteriana, en el oráculo de Venus las artes, sabiduría venusina; en el oráculo de Saturno la sabiduría de Saturno, en el oráculo de la Luna el ocultismo lunar, en el oráculo de Mercurio la sabiduría mercuriana y en el oráculo solar nuestra sabiduría gnóstica.

Los antiguos sacerdotes enseñaban a sus discípulos a interpretar las señales del firmamento; esas señales se interpretan basándonos en la ley de las analogías filosóficas, por ejemplo: Si con vuestra clarividencia véis estrellas negras, hay fracasos para vosotros. Si véis una estrella caer del cielo en momento en que un amigo parte para un viaje, hay un luto para vuestro amigo. Si la estrella cae sobre alguien, o cerca de alguien importante, ese personaje morirá. Si pasa una estrella errante delante de vosotros y en forma sorpresiva, alguien se os va. Si véis dos estrellas amarillas que se separan una de otra, significa “guerra”.

A través de vuestros estudios esotéricos quedaréis bajo la dirección de algunos genios planetarios, y ellos os llamarán por medio de señales luminosas que vosotros aprenderéis a conocer. También deberéis comprender el centelleo de la estrella de vuestro Padre celestial cuando os llame para instruiros en los misterios de la luz.

Esta tierra tan densa que hoy habitáis, en un lejano día será etérica, y entonces tendremos la Jerusalén celestial donde no hay lágrimas ni dolor. Ya entonces la constelación de Orión, que tanta amargura ha traído al mundo, por el septentrión brillará iluminando un mundo lleno de alegría y de felicidad.

“Después de estas cosas miré y he aquí una puerta  abierta en el cielo; y la primera voz que oí era como de trompeta que hablaba conmigo, diciendo: sube acá y yo te mostraré las cosas que han de ser después de éstas”.

“Y luego yo fui en espíritu, y he aquí un trono que estaba puesto en el cielo, y sobre el trono estaba uno sentado”.

“Y el que estaba sentado era al parecer semejante a una piedra de jazpe y de sardio: y un arco celeste había al rededor del trono semejante en el aspecto a la esmeralda”.

“Y alrededor del trono había veinticuatro sillas, y vi sobre las sillas veinticuatro ancianos sentados, vestidos de ropas blancas, y tenían sobre sus cabezas coronas de oro”.

“Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y siete lámparas de fuego estaban ardiendo delante del trono, las cuales son los siete espíritus de Dios”.

“Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal, y en medio del trono, y alrededor del trono cuatro animales llenos de ojos delante y detrás”.

“Y el primer animal era semejante a un león, y el segundo animal semejante a un becerro, y el tercer animal tenía la cara como de hombre, y el cuarto animal semejante a un águila volando”.

“Y los cuatro animales tenían cada uno por si seis alas alrededor, y dentro estaban llenos de ojos, y no tenían reposo ni día ni noche, diciendo: Santo, santo, santo, santo, el Señor Dios todopoderoso, que era, y que es, y que ha de venir”.

“Y cuando aquellos animales daban gloria y honra y alabanza al que estaba sentado en el trono, y adoraban al que para siempre vive jamás”.


“Los veinticuatro ancianos se postraban delante del que estaba sentado en el trono, y adoraban al que vive para siempre jamás, y echaban sus coronas delante del trono, diciendo:

“Señor, digno eres de recibir gloria, y honra y virtud; porque tú creaste todas las cosas, y por tu Voluntad tienen ser y fueron creadas”. (Capítulo cuarto del Apocalipsis San Juan).

Que la paz más profunda reine en vuestros corazones.

 
Fraternalmente, el Maestro de Vuestra Clase: AUN WEOR.

Libro: Curso Zodiacal | Ed. Gnósticas 2008 Pag. 111 | Autor: Samael Aun Weor

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